De nuevo he incumplido mi propósito de actualizar el blog con más frecuencia, pero lo cierto es que llevo muchísimo tiempo que no hago nada nuevo, así que no me queda otra que rebuscar por aquí a ver qué hay. Hoy voy a publicar el regalo que hice para una buena amiga hace casi tres años pero que, por unas cosas y otras, no pude entregárselo hasta hace unos meses. Conseguí, con malas artes, todo hay que decirlo, que me enviase unas fotos de un rincón que había preparado su marido en su casa y del que ella estaba muy orgullosa puesto que todo lo había hecho él y esta es la copia que hice.
No quería que quedase demasiado plano así que coloqué todo en diagonal y, de paso, conseguí un hueco detrás de la ventana que hace que la cortina no quede aplastada o que uno de los lados resultase más ancho que el otro.
Aquí se puede ver el original y todas las diferencias, para empezar todo es mucho más estilizado, no logré dar con el tono de las puertas, ni las proporciones, pero no conseguí hacerlo mejor.
Como no me gusta dejar las cosas vacías, rellené el armario con diferentes herramientas, botes de pintura, abonos... lo que se me ocurrió sobre la marcha.
La cesta con setas es otra licencia que me he tomado conociendo su afición a buscarlas. Y esto es todo por hoy.